👉 La otra mitad olvidada de la vocación: pacientes y médicos en crisis
¿Solo los médicos necesitan vocación? Este blog explica por qué también los pacientes deben tenerla: seguir tratamientos, evitar automedicarse y asumir su salud.
Dr. Christian Quiñones
10/23/2025
1. La vocación médica: un ideal en extinción
Se nos enseña desde niños que un buen médico debe tener vocación:
Empatía para escuchar incluso en medio del cansancio.
Respeto por la vida, sin importar la edad o condición del paciente.
Valentía para decir la verdad aunque sea incómoda.
Paciencia para explicar las veces que haga falta.
Honestidad científica, sin ceder a remedios fáciles o modas sin evidencia.
Ese ideal de médico vocacionado existe… pero cada vez parece más difícil encontrarlo. En la práctica diaria, muchos médicos se topan con sistemas que los desgastan, con sueldos bajos, jornadas extenuantes y un entorno que no premia el compromiso humano, sino la rapidez y la estadística.
2. El ángulo olvidado: pacientes sin vocación
La sociedad repite una exigencia: “queremos médicos con vocación”.
Pero, ¿y los pacientes? ¿Qué tanto se habla de su responsabilidad?
Hoy vivimos una crisis de pacientes sin vocación de ser pacientes. Ejemplos sobran:
No siguen los tratamientos completos. Suspenden antibióticos en cuanto “se sienten mejor” sin importar las resistencias que pueden provocar.
Abandonan las indicaciones. Una dieta prescrita se convierte en un capricho abandonado a la primera tentación. El ejercicio recomendado se posterga indefinidamente.
Se molestan con el médico. Cuando se les sugiere dejar un remedio casero, prefieren creer en la receta de la abuela o en el consejo viral de WhatsApp.
Abusan de la inteligencia artificial. Buscan en Google o en un chatbot lo que deberían preguntar en la consulta, y se automedican como si el algoritmo sustituyera años de formación médica.
No valoran la prevención. Prefieren automedicarse con analgésicos antes que modificar un estilo de vida que los está enfermando lentamente.
Un paciente con vocación no significa sumisión ciega, sino corresponsabilidad: confianza, respeto por la indicación médica, disciplina para terminar un tratamiento y compromiso con su propia vida.
3. La vocación ausente en la salud ocupacional
Si en la medicina clínica general vemos médicos cansados y pacientes sin vocación, en la salud ocupacional el panorama es todavía más preocupante:
Médicos de paso. Muchos no se especializan en salud ocupacional ni entienden su importancia. Solo cumplen horarios, sin importarles realmente la seguridad y salud de los trabajadores.
Silencio cómplice. Ante ingenieros de EHS que maquillan indicadores de accidentes o enfermedades, los médicos callan. Prefieren no incomodar en lugar de defender la verdad.
Recursos Humanos sin compromiso. En lugar de fomentar bienestar, prevención o envejecimiento saludable, se priorizan métricas de productividad, ignorando que la gente es el activo más valioso.
Prevención olvidada. Enfermedades crónico-degenerativas avanzan sin programas sólidos de control. Accidentes repetidos se normalizan como parte de la operación.
La salud ocupacional debería ser el espacio donde vocación médica y vocación de los pacientes-trabajadores se unan para construir un ambiente seguro y sostenible. Pero la realidad es que muchas veces es un trámite más: un papel que se firma, un check list que se maquilla, una oportunidad perdida para cuidar vidas.
4. Una conclusión necesaria (y un poco incómoda)
La salud no puede sostenerse solo sobre la vocación de un lado. No basta con médicos entregados si los pacientes ignoran las indicaciones. Tampoco sirven pacientes disciplinados si los médicos carecen de compromiso.
La medicina, y en particular la salud ocupacional, necesita recuperar algo esencial:
👉 médicos con vocación real, y pacientes con vocación de cuidar su propia vida.
Hasta que no entendamos que la vocación es compartida, seguiremos atrapados en la simulación: médicos que sobreviven al sistema, pacientes que creen más en remedios caseros que en evidencia científica, y empresas que ven la salud ocupacional como un trámite sin valor.






